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DESMITIFICANDO: ¿Sudar más para quemar grasa?

A día de hoy, se sigue viendo a  jugadores entrenando con capas de ropa considerables en verano, otros que usan la sauna después del gimnasio como pérdida de grasas, por que claro, ahí se suda mucho. Y luego están los que si no sudan “la gota gorda”, parece que no hayan entrenado suficiente, aunque ese es otro ‘cantar'.


Siento deciros que no existe una relación directa entre sudar más o menos con una equiparable pérdida de lípidos. Realmente, ¿qué ocurre cuándo sudamos?; el  organismo, mediante la sudoración produce una disipación de calor de nuestro interior, importante para mantener de la forma más equilibrada posible la temperatura corporal dentro de unos umbrales. Además, mediante el sudor eliminamos sustancias tóxicas del organismo.
Durante el ejercicio, gracias a una parte del sistema nervioso y la vasodilatación, conseguimos expulsar gran parte de ese calor por las glándulas sudoríparas, allí, dicho sudor tiene diversas formas de eliminarse, bien por evaporación, convección, radiación o conducción. (López Chicharro y Fernández Vaquero, 2006).

Es preciso destacar que el mecanismo de sudoración se verá influido por muchas variables, desde la temperatura exterior, la transpiración, nutrición (Blasco Redondo, 2013).. aunque no es el tema de hoy.

Por ejemplo, una persona obesa tenderá a sudar más, debido a la mayor temperatura interior, por culpa de un gran aislante como es el exceso de lípidos. Pero, esto no significa que lo que sude sean grasas.

Es cierto que sudando se pierde peso, pero este no disminuye precisamente del tejido adiposo sino más bien del propio agua y minerales que utilizamos para eliminar el calor mediante el sudor. Teniendo en cuenta sólo esta variable, el peso perdido por la sudoración, más tarde se recuperará con la hidratación post ejercicio.

Es preciso añadir que la hidratación de líquidos a lo largo el día de una persona físicamente activa será de 2-3 litros de agua aunque pudiendo aumentar a 4 en días calurosos. (Noakes, 2012)

Y al revés, puede ser que sudando mínimamente el consumo de calorías sea igual de contundente.

Resumiendo, no es efectivo modificar nuestra temperatura interior ni exterior para aumentar la sudoración ya que esto es un mecanismo endógeno del organismo relacionado con la termorregulación, que de llevarlo al límite podría causarnos problemas de salud.

Si quieres quemar grasas, deberás tener en cuenta otras tantas variables, como la nutrición, tipo de ejercicio, su duración e intensidad (Williams, 2002). Todo ello contando con profesionales que puedan individualizar el entrenamiento y plan nutricional, ya que no hay dos dietas o entrenamientos igual de efectivos para dos personas.

También, otras variables psicológicas como por ejemplo, la gestión de las emociones o las expectativas son muy importantes en este proceso de oxidación de grasa.

En definitiva, a mayor sudoración, no menos grasa sino más hidratación.

Ignacio Mínguez.

Referencias:
-Ex notitia victoria-Saber para vencer. Raquel Blasco. 2013.
-Commentary: role of hydration in health and exercise. British Medical Journal, 18, 345. T.D. Noakes. 2012.
-Fisiología del ejercicio. López Chicharro y Fernández Vaquero. Editorial Panamericana. 2006.

-Nutrición para la condición física y la salud, Malvin. H. Williams. Editorial Paidotribo. 2002.

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